Son numerosas las ocasiones en las que llegan a nuestro Despacho asuntos en los que ya hay una resolución que, desgraciadamente, es contraria a sus intereses y debe ser recurrida.

Las quejas que nos trasladan los clientes son diversas: Falta de atención y desinformación del abogado, buenas intenciones del letrado pero una evidente ausencia de conocimientos específicos sobre la materia,  inexistencia de asesoramiento médico y pericial, etc.

Ante estas situaciones, lo primero que hacemos, como en cualquier otro caso, es realizar un estudio médico-legal que oriente sobre la viabilidad del tema y en numerosas ocasiones nos encontramos con negligencias médicas que no han sido defendidas correctamente porque ni la dirección letrada tiene conocimientos específicos de Derecho Sanitario y/o porque no hay un asesoramiento clínico o dictamen pericial que avale la existencia de una negligencia médica o, aun existiendo éstos, son de escaso rigor y calidad técnica.

En esas condiciones nuestra labor se torna especialmente difícil porque debemos trabajar partiendo de un mal planteamiento inicial y subsanarlo desde unos márgenes procesales y de prueba menores que los que tendríamos de haber asumido desde el inicio la defensa jurídica del paciente. Ello no implica, obviamente, que se pueda reconducir la situación y conseguir una resolución favorable pero se dificulta la posibilidad de obtener el resarcimiento justo y necesario para quienes hayan podido sufrir una negligencia médica.

Por ello, debemos señalar la importancia de que sean abogados especialistas en negligencias médicas y peritos médicos competentes quienes estudien y defiendan los intereses de los pacientes, porque es la única manera de garantizar que se pueda hacer Justicia.